06 agosto 2016

Fragmentos...

Siento de nuevo el poder de la palabra. Recorre mi cuerpo en un trayecto que comienza en la cabeza y baja por mi columna, da vuelta en mi  vientre pasando por mi estómago, mi pecho, mi garganta y finalmente sale por la boca o en dado caso por las manos.

Las historias han estado ahí (así como los factores que me inspiran a crear), sólo que estaban asustadas.

Esta vez dejo por aquí el fragmento de un cuento recién salido del horno: Conejo-jaguar. 


"Su mente le pedía que corriera pero pese al miedo el cuerpo no le respondió. En sus pupilas se reflejaba un ritual casi chamánico: gritos, giros triples, música guapachosa, brindis por doquier. Entonces Tochtli sintió por primera vez una extraña sensación en su corazón, éste le latía a la par de la cumbia y ambas piernas se movían como nunca antes lo habían hecho. -¿Qué es esto que siento? ¿Qué me pasa?- se dijo sacudiendo los hombros...


...después de aquel alucinante suceso Tochtli no volvió a ser el mismo, trabajaba casi por inercia y parecía como ido. En su mente se repetía una y otra vez esa escena donde Gran Jaguar caminaba entre sus congéneres, tan altivo y seductor. Se acercó a la primera hembra que encontró, la tomó de la cintura y comenzó  con el movimiento de sus patas, parecía flotar y en el suelo se reflejaba una sombra con formas demoníacas, luego otra hembra y una más, tres al mismo tiempo. ¡Qué cadencia en las caderas! ¡Qué manera de ..."

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si hay la necesidad...DESEMBUCHA!