28 julio 2016

Querida Guadalupe

Querida Guadalupe:

Hoy que sentí mi estómago arder de la rabia, comencé a cuestionarme ¿es verdad que existe gente tan horrible en este mundo?

Y compruebo que sí, pero aun no quiero creerlo.

¿Dónde queda entonces el amor, las travesuras y los sueños guajiros?
¿Dónde quedan las ganas de arrancarse las máscaras y salir corriendo como ovejas descarriadas?
(Podríamos fabricarnos unas alas)

Tal vez está aplastado bajo miles de pesos, ahogado en un intento de café orgánico o en una compra impulsiva del accesorio de novedad.

Tristísimo es el ver cómo se esfuman los viejos deseos, qué temor, muerte lenta en el juicio y la soberbia, muerte sin creatividad.

¿Qué será de esos entes con el alma amarrada? Respeto. Procuremos ponernos los audífonos, tomarnos de la mano, levantar el rostro para ver el cielo. Aguanta, respira. Hay que dejarlos pasar.

No es tan grave, lo sé, no me regañes. Tiendo a ser tanto fantasiosa (defecto de fábrica). Por lo pronto el alivio de tu palabra es inmenso, tu apoyo y esa sonrisa llena de fierritos. Sigamos pues por el camino: tú en el tuyo, yo sobre, debajo, saltando por el mío...viéndonos a lo lejos y convergiendo de vez en cuándo.

Te amo infinito, gracias por ser, por estar.

Oníricamente:

Mariana

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