Aquel de las mejillas regordetas le canta al amor en un día nublado
Y a pesar de que en su escasa cabellera ya pintan algunos inviernos,
se sonroja ante la prístina remebranza de su pequeña mujer,
quien se hace presente al escuchar las canciones de Roberto Carlos
Se sabe omnipotente; quiere volar de Tlalpan a Vallejo
a la velocidad del rayo, para besar una abultada panza
donde habita un ser ajeno, moldeado con otro barro. No le importa:
el sentimiento lo puede todo: Baltazar está enamorado.
