18 junio 2014

TOLTECATL

Me gustaría suponer que no soy la única persona que anda buscando su camino en la vida. Mejor no supongo, lo creo.

En mi caso he hecho muchas cosas, intento meterme en un molde que no es o que creo que es el correcto pero al final todo, absolutamente todo me lleva a lo mismo; es como eso que algunos llaman "destino". Sin duda uno se labra su propia ruta pero ¿qué tal si hay algo detrás, algo inexplicable que nos hace ser lo que somos?. 

Últimamente he escuchado muchos comentarios, que en partes me perturban, de colegas y amigos con respecto a ser "artista": que es un término para egolatras, que suena a empleado de televisora pública, que eso se gana, que es un título que deberíamos creernos...todos tienen su opinión (muy respetable, claro) y recordé que una vez uno de mis maestros de vida, me sugirió que hiciera mi definición de artista para que así me fuera más fácil encajar en mi propio concepto y no en el concepto que tienen los demás ya que es subjetivo (pues nadie tiene la verdad absoluta).

En un libro de Miguel Ruiz dice que todos somos toltecas (artistas), puesto que tenemos la capacidad total de crear todo lo que queramos, en sí se refería a la vida. Y ayer me puse a buscar la definición de tolteca y encontré en un sitio algo que de veras me gustó y con lo que me sentí identificada. Se los comparto: 


Tolteca: artista, discípulo, abundante, múltiple, inquieto. El verdadero artista: capaz, se adiestra, es hábil; dialoga con su corazón, encuentra las cosas con su mente. El verdadero artista todo lo saca de su corazón; obra con deleite, hace las cosas con calma, con tiento, obra como tolteca, compone cosas, obra hábilmente, crea; arregla las cosas, las hace atildadas, hace que se ajusten. El torpe artista: obra al azar, se burla de la gente, opaca las cosas, pasa por encima del rostro de las cosas, obra sin cuidado, defrauda a las personas, es un ladrón (Códice Matritense de la Real Academia, fol. 175 v).

El que nacía en esas fechas (Ce Xóchitl: Uno Flor...), fuese noble o puro plebeyo, llegaba a ser amante del canto, divertidor, comediante, artista. Tomaba esto en cuenta, merecía su bienestar y su dicha (...) en tanto que tomaba en cuenta su destino, o sea, (...) se amonestaba a sí mismo, y se hacía digno de ello. Pero el que no se percataba de esto, si lo tenía en nada, despreciaba su destino (...) por esto acaba con su felicidad, la pierde (No la merece). Se coloca por encima de los rostros ajenos (...) se engríe, se vuelve petulante (...) necio y disoluto su rostro y su corazón (...) (Cantares Mexicanos, fol. 300).


¿Casualidad o causalidad? yo nací en Ce xochitl...

Fuente: Click aquí 

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